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11 de septiembre de 2025
"Tuve que cerrar una carnicería y a esta la mantengo a duras penas"

Hugo Lucena, un carnicero del Mercado de Productos Frescos, alertó sobre el imparable aumento en el precio de la carne, que ya supera el 30% en lo que va del año, por encima de la inflación general. Esta escalada provocó un derrumbe en las ventas, cambió los hábitos de consumo de los clientes y está llevando a los comerciantes a una situación límite, obligándolos incluso a cerrar sus locales.
El precio de la carne no da tregua y se convirtió en uno de los principales motores de la inflación en la canasta básica de los correntinos. "En este último mes la carne aumentó bastante, diría que semanalmente está aumentando y todavía no tiene techo", advirtió Hugo Lucena desde su puesto en el Mercado. Según el comerciante, el acumulado en lo que va del año "ya pasamos el 30% holgadamente", una cifra que supera por más de diez puntos a la inflación oficial.
Esta suba constante se refleja directamente en los mostradores. Actualmente, los precios de referencia en el mercado son:
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Pulpa: $11.000 el kilo
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Costeleta: $8.000 el kilo
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Asado, falda, aguja y paleta: $7.000 el kilo
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Carne molida: $7.000 el kilo
El cliente ya no compra por kilo
El impacto más directo de esta escalada de precios es la drástica caída en el consumo. "La venta se vino abajo", sentenció Lucena. El carnicero describió un cambio profundo en el comportamiento de los compradores, que ya no se acercan al mostrador pidiendo por peso. "Ya no vienen a buscar 1 kilo o medio kilo. Solamente por 'tengo tanto, deme por tanto' y de esa manera se manejan", explicó. Este fenómeno, sumado a la búsqueda de opciones más económicas, evidencia la pérdida de poder adquisitivo de la gente.
Una situación que "preocupa" y obliga a bajar persianas
La combinación de precios por las nubes y ventas en picada genera una profunda preocupación en el sector. Sostener un local se vuelve una tarea titánica frente a costos fijos que no paran de crecer. La situación es tan crítica que muchos se ven obligados a tomar decisiones drásticas. "Yo en mi caso particular tuve que cerrar una carnicería", confesó Hugo con resignación. "Y a esta la estoy manteniendo a duras penas porque cada vez cuesta más. En algunos momentos se hace difícil sostenernos".
